El Gritón: Voz revolucionaria

domingo, 28 de abril de 2013

SOBRE EL CONSEJO NACIONAL ELECTORAL


      
 Por: Macario Sandoval


Es posible que algunos no hayan recibido información acerca de la manera que utilizó el Parlamento para elegir los 5 miembros del CNE.
Distintas organizaciones de la sociedad civil postularon casi 290 ciudadanos venezolanos (los nacionalizados debían tener más de 15 años de haber obtenido la ciudadanía). Los postulados fueron entrevistados por la comisión del Parlamento designada al efecto. Luego la comisión fue haciendo preselecciones, en la primera se eligieron la mitad de los postulados, y en sucesivas preselecciones, el número se redujo a 40, quedando 20 propuestos por organizaciones bolivarianas y 20 por la oposición, aunque algunos de ellos habían sido postulados por organizaciones oficialistas y opositoras (de la ULA sólo había llegado hasta el último grupo de preseleccionados una profesora de Ciencias).
Al tener que definir el criterio final de elección se resolvió designar uno propuesto por organizaciones bolivarianas, Tibisay Lucena, tres del grupo de los que habían sido propuestos por organizaciones de ambos signos y, finalmente, uno propuesto por la oposición, Vicente Díaz, de allí la importancia de su opinión en las circunstancias actuales  

El segundo artículo el Center for Economic and Policy Research (Centro de Investigación Económica y Política, CEPR por su sigla en inglés)(*), a través de un análisis estadístico realizado por demuestra que sería prácticamente imposible. Por ello Carter opinó que es más perfecto del mundo.
(*) La junta asesora de CEPR incluye a los economistas y ganadores del Premio Nobel, Robert Solow y Joseph Stiglitz, un profesor de Economía en la Universidad de Harvard Richard Freeman, y Janet Gornick profesora en el Centro de Graduados de CUNY.

Las opiniones discrepantes, lo hacen por politiquería. Es fácil decir fraude, ladrón, etc., etc., lo honesto es hacer esas afirmaciones con pruebas. 

Rector Vicente Díaz: No tuve ni tengo dudas del resultado de las elecciones del 14-A

Este viernes, el rector del Consejo Nacional electoral (CNE), Vicente Díaz, fijo posición en una rueda de prensa en torno a la auditoria que solicitó el Comando Simón Bolívar tras los comicios presidenciales del pasado 14 de abril, elecciones que serán impugnadas según anunció el día de ayer Henrique Capriles Radonski.

El funcionario señaló que en las próximas horas se producirá una rueda de prensa formal que tendrá como vocera a la presidenta del ente comicial, Tibisay Lucena. Señaló que estas declaraciones las hace a título personal, “yo acompañé la decisión del CNE porque me hacía solidario, no tendía duda para ese momento”.

Díaz aseguró que no duda de los resultados del pasado 14 de abril, sin embargo, considera necesaria la revisión. "No tengo ninguna razón para dudar de los resultados que se dieron, pero la auditoria debe darse para generar tranquilidad"

“En virtud de lo estrecho del margen, le hice una propuesta al país de que extendiéramos la auditoría ciudadana. Los dos candidatos se sumaron a esta propuesta”, explicó.

El rector de Consejo Nacional Electoral Vicente Díaz afirmó que el acuerdo del 18 de abril de auditoria no supone la revisión de los cuadernos de votación. Entiendo y comparto la exigencia de Henrique Capriles. Asimismo puede acudir a las instancias judiciales y no debern ser criminalizado por eso, dijo.

Estadísticos aseguran que probabilidad de fraude en Venezuela es menor a uno en 25 mil trillones


7/04/13.-A través de un análisis estadístico realizado por el Center for Economic and Policy Research (Centro de Investigación Económica y Política, CEPR por su sigla en inglés), demuestra que si fueran ciertas las denuncias por parte de la oposición venezolana, de que la victoria del presidente Nicolás Maduro se obtuvo por medio del fraude, sería prácticamente imposible haber obtenido el resultado que arrojó la auditoría del 53 por ciento de las máquinas de votación que se llevó a cabo al final de la jornada del 14 de abril en Venezuela.

Las posibilidades de obtener el resultado de la primera auditoría, si la elección venezolana fuese un fraude, serían menores a uno en 25 mil trillones. Además, el análisis estadístico demuestra que la auditoría no pudiese arrojar un resultado diferente para la elección presidencial en ese país suramericano.

Mark Weisbrot, codirector del CEPR, aseveró que el Gobierno de Estados Unidos debiera saber sobre estos estudios estadísticos, ya que aún “resulta difícil explicar por qué se están negando a reconocer al presidente electo en contraposición a todos los países de América Latina y de la mayor parte del mundo.”

“Los resultados son en realidad bastante intuitivos,” dijo Weisbrot. “Con una muestra así de grande verificada durante la ‘auditoría en caliente’ del 14 de abril, si en realidad existieran discrepancias entre el total en las máquinas y el conteo de los recibos de papel, se hubiera visto en algún lado. Pero no fue así”.

Cuando se cerró el proceso electoral en Venezuela, una muestra aleatoria del 53 por ciento de todas las máquinas (20 mil 825 de un total de 39 mil 303) fue seleccionada, y se realizó un contraste manual de las papeletas. Esta “auditoría en caliente” se hace en el propio lugar, en presencia de observadores de ambas campañas, además de testigos de la comunidad. No hubo informes de los testigos o de funcionarios electorales en los sitios acerca de discrepancias entre los totales de las máquinas y el conteo manual.

Luego de que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunciara los resultados la noche del 14 de abril, el sector de la derecha venezolana exigió la realización de un “reconteo” de todos los comprobantes electorales que arrojaron las máquinas de votación, y posteriormente pidieron conteo manual del 46 por ciento del restante de las cajas selladas, que contienen los comprobantes electorales que aún no han sido auditados.

Los resultados de la elección presidencial del 14 de abril en Venezuela, le dieron a Nicolás Maduro 7 millones 575 mil 506 votos, y a su competidor Henrique Capriles Radonski 7 millones 302 mil 641 votos. Una diferencia de 272 mil 865 votos, o del 1.8 por ciento del doble total de los candidatos.

El CEPR es un centro de investigación independiente y no partidario, establecido para promover el debate democrático sobre los temas económicos y sociales más importantes que afectan la vida diaria de las personas. La junta asesora de CEPR incluye a los economistas y ganadores del Premio Nobel, Robert Solow y Joseph Stiglitz, un profesor de Economía en la Universidad de Harvard Richard Freeman, y Janet Gornick profesora en el Centro de Graduados de CUNY.

sábado, 27 de abril de 2013

La revolución no es esperar a ver pasar el cadáver de la burguesía y el imperialismo.


Por Prof. Carlos García

Venimos tratando de reanimar el trabajo revolucionario en sectores del PSUV y otros partidos del Polo Patriótico, conjuntamente con los personeros de la administración pública del Municipio Jáuregui y extensivamente al Táchira y Venezuela. Decimos reanimar para no utilizar términos fuertes que puedan hacer ronchas en ciertas pieles pequeño burguesas que se sientan aludidas y traten de convertirse en “mártires” de un proceso al que traicionan desde adentro.
Andamos en la búsqueda seria y cierta de las causas que vienen generando la disminución de los votos al movimiento revolucionario y buscamos con esas causas los culpables de permitir acciones contra el proceso Bolivariano, escondidas en la prestación de servicios, la ejecución de la autoridad, la gerencia pública y la actuación general como revolucionarios, que deben servir al pueblo. No estamos cazando brujas, no pretendemos perseguir a nadie, sólo estamos por ejecutar claramente, permanentemente, la Crítica y Autocrítica Revolucionarias, sin cortapisas y sin marcos de contención que no hacen daño. Para ello estamos analizando de la forma más objetiva posible, los factores que inciden directa e indirectamente en la conciencia de los individuos a la hora de actuar como revolucionarios, a la hora del voto a favor o en contra de la Revolución. Observamos la conducta en el pasado reciente y medio de quienes dirigen los partidos a nivel Municipal y Estadal, en cuanto a labores de Organización, Formación y Dirección del pueblo en el proceso de las transformaciones revolucionarias y encontramos que muchos de ellos son simples máscaras que nada hacen por la revolución y por el contrario, de mil maneras sabotean los posibles cambios, incumplen con las políticas públicas y hasta adversan los programas de la revolución, sirven de quinta columnas del enemigo entregando información y aupando fallas para que la oposición las utilice como lanzas contra el movimiento revolucionario. Eso se llama dormir con el enemigo. Unos se esconden en la franela y boina rojas y esconden su incapacidad, su pobreza ideológica y política, pues nunca se han preocupado por su formación revolucionaria, menos aún se preocupan por la del pueblo. Otras también encaretados de Boina  y franela roja, gritando en todas partes “Viva Chávez”, desarrollan su papel de traidores enriqueciéndose vulgarmente a través de la corrupción, en complicidad de gerentes de la cosa pública. Y no faltan los tontos útiles que, para recoger migajas,  colaboran con esa caterva de enemigos de la revolución.
En el terreno político-ideológico, buena parte de “líderes”, por complicidad o por ignorancia hasta ayudan a la derecha en la propaganda contrarrevolucionaria, guardando silencio ante los infundios, mentiras, falsedades y ataques arteros del enemigo. No vemos desde las direcciones políticas de los partidos la respuesta oportuna y efectiva contra ese anticomunismo trasnochado que vienen utilizando desde mucho tiempo atrás y que desempolvaron a partir del 98 con el triunfo de Chávez. No responden al rabioso ataque anticubano, proyanqui, fascista y ultraderechista, que manejan en la propaganda del antichavismo. Como los avestruces, meten la cabeza bajo el ala, a la hora de enfrentar las mentiras inventadas por el contrario a la revolución sobre propiedad privada, sobre patria potestad, sobre educación, sobre tenencia de la tierra, sobre derechos ciudadanos, sobre las milicias populares, sobre las organizaciones del poder popular; Consejos Comunales, Comunas, etc. Sobre la administración petrolera, del hierro, Aluminio.  Nada oponen a la propaganda de acusar a la FARC de ser los únicos responsables de los secuestros, ni a las acciones delictivas de los paramilitares de Uribe, que han traído a Venezuela los dirigentes de la extrema derecha y a la vez propietarios de medianos y grandes medios de producción de bienes y servicios. Nada dicen sobre las corruptelas que persisten en las Alcaldías y las mafias que se han conformado incluyendo a Directores de las mismas y Alcaldes. No denuncian los maltratos al pueblo producidos por los empleados públicos de todos los sectores de la administración, salvo raras excepciones. Guardan el más absoluto hermetismo ante las acciones y acusaciones de miembros de la jerarquía eclesiástica católica.
En nuestras investigaciones hemos encontrado que Alcaldes y Alcaldesas han ejecutado ilegalmente los presupuestos municipales, han trasladado partidas sin autorización de los Concejos Municipales o simplemente con la complicidad de los mismos, han abandonado los Consejos Comunales a su suerte o los han convertido en instrumentos de corrupción en alianza con la derecha fascista. Han iniciado obras sin planificación y sin consulta al poder popular y las han dejado inconclusas por falta de presupuesto, consumido por la corrupción que nunca han combatido. La Burocracia ineficiente es la reina de la administración. Han contratado obras y servicios que no han sido ejecutados y nada han hecho para recuperar la inversión millonaria que han gastado. (Estaciones de TV, Radio, Puentes, vías rurales, mantenimiento de cunetas, etc.).
La contraloría Social, brilla por su absoluta ausencia en muchos frentes de la administración pública y el empoderamiento del pueblo continúa saboteado.
De manera que debemos, ya, iniciar la crítica y autocrítica revolucionarias señalando causas y consecuencias de los hechos, tanto los negativos como los positivos, sin mirar caras, posiciones o condiciones culturales, sociales o religiosas, para relanzar la revolución con  ¡Eficiencia o Nada! Y realmente oponernos a la acción de la Derecha Golpista y fascista

jueves, 25 de abril de 2013

LA “DISOCIACIÓN PSICÓTICA” PATOLOGÍA GENERADA POR LA GUERRA MEDIÁTICA



 Domingo, 25 de Enero de 2009
La “disociación psicótica” patología generada por la guerra mediática
Por: Jairo Larotta Sánchez


Nota de Chamosaurio: Cualquier parecido con la realidad 4 años después de publicado este artículo es pura coincidencia.Recientemente cayó en mis manos un estudio sobre una enfermedad mental que en los últimos tres años aqueja a una parte de los venezolanos que específicamente se ubican en los sectores de oposición a la revolución bolivariana, pertenecientes a la clase media profesional.

Me refiero a la “disociación psicótica”. Los especialistas en imagen y comunicación social de los sectores que adversan al Presidente Hugo Chávez, han utilizado técnicas que son empleadas como armas en la guerra psicológica a través de los medios televisivos privados en Venezuela, los cuales son voceros de la oposición. Dichas técnicas fueron denunciadas públicamente con acusaciones formales en CONATEL, cuando se demostró la inserción malintencionada de mensajes subliminales altamente agresivos, de duración muy corta, “escondidos” en videos que transmitían algunos Canales de TV privados con mensajes inocentes dirigidos a los niños y noticias varias dirigidas al público general.

Un estudio sobre la disociación psicótica en el venezolano de clase media, fue elaborado por psiquiatras, psicólogos y sociólogos que observaron los nefastos efectos de esa intensa, descomunal e inclemente campaña mediática de las cinco televisoras privadas, cadenas privadas de radio y los más importantes periódicos privados de circulación nacional e internacional, durante los años 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004. El resultado de ese estudio cayó en mis manos como dije anteriormente, sin poder conocer sus autores. Reflexionando sobre dicho estudio, me animó la necesidad de escribir este artículo de opinión, donde la esencia científica del mismo es propiedad intelectual de esos especialistas anónimos que lo realizaron. Para ellos mi reconocimiento y felicitación por lo acertado del estudio en sí.

En efecto los venezolanos hemos sido blanco de esa guerra psicológica muy bien planificada, para crear odio hacia un Presidente y así culparlo de todo lo malo que nos aquejaba y nos aqueja en la actualidad, con el mensaje de ignorar las conspiraciones, golpes de Estado, paros empresariales, paros y saboteos petroleros, bloqueo internacional, golpes financieros para desestabilizar nuestra moneda, guarimbas, paramilitarismo con asesinatos de casi un centenar de dirigentes campesinos, etc.

Todos quienes pertenecemos a la clase media profesional venezolana podemos dar fe de la división y profundo odio generado por esas campañas mediáticas de la oposición, que han llevado a la separación de grupos familiares, divorcios, cierre de empresas, odios gratuitos entre vecinos y allegados a nuestras casas. Esa situación se ha mantenido encapsulada en muchos hogares quienes esperan el rayo salvador que solucione mágicamente todos los problemas que los aquejan, con la sola salida del presidente Chávez de Miraflores. Los “disociados psicóticos” (enfermos de esta patología) justifican la salida de Chávez por cualquier vía, la democrática o la violenta. De hecho la segunda la intentaron infructuosamente. La primera o sea la vía democrática, está prevista en la Constitución que nunca leyeron y concretada en el referendo revocatorio del próximo 14 de Agosto de 2004.

Quienes planificaron esa guerra mediática, cuya mayoría son de la ultraderecha venezolana (oligarquía) en estricta asociación y complicidad con los sectores gubernamentales de los EEUU, solo persiguen volver al poder que perdieron y a cambio de eso están dispuestos a entregar a los EEUU el país entero, especialmente su industria petrolera, clave para la subsistencia del gigante del Norte. Como venezolano siento tristeza, pena, dolor y rabia por esa aptitud y actitud antipatriótica que muestran otros venezolanos, mostrando un doble discurso y escondiéndose tras los DDHH, la democracia, la libertad y la justicia, para justificar tamaños ataques y comportamiento contra su propio país y todos sus compatriotas.

Los planificadores de la guerra mediática han manejado determinados códigos psicológicos para buscar motivar y convencer a los sectores a los cuales están dirigidos. El resultado que lograron fue influir al receptor del mensaje de tal manera que perdieron su capacidad de discernimiento que terminaron por renunciar a cualquier análisis crítico del mensaje del que fueron receptores: esta patología mental llamada “disociación psicótica” fue el resultado de esa guerra mediática sostenida por los 5 canales privados durante meses, especialmente en Diciembre del 2001 (huelga petrolera y empresarial), Enero a Abril de 2002(golpe de Estado), Diciembre 2002 hasta Marzo de 2003 (paro empresarial y petrolero, secundado por la CTV ), conspiración y corridas financieras que afortunadamente fueron detenidas por el control de cambio en Febrero de 2003, la famosa guarimba del 2004 organizada y ejecutada por la ultraderecha en las urbanizaciones de clase media y clase media alta de Caracas y otras ciudades.

¿Cómo funciona la disociación psicótica? La “disociación psicótica” es un proceso de manejo de códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una realidad ficticia en la que “todos” los males, y por ende “todo” lo negativo que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona. Establecido el patrón mental en el subconsciente del individuo, este llega a un estadio que le induce a creer que eliminando la causa de los males que le aquejan, habrá de alcanzar la felicidad absoluta. Al estar dirigida a un colectivo, la campaña requiere que el mensaje sea, además de asimilado, retransmitido a otros individuos pertenecientes a dicho colectivo. Para ese fin la oposición ha contado con el respaldo de los medios de comunicación social, los que de manera sistemática y reiterada han hecho llegar el mensaje al receptor.
Hace 70 años, sin el poder que tienen los medios televisivos actuales, el militar alemán nazi Goebbels manejó códigos similares, por lo que la sociedad alemana llegó al convencimiento pleno que los judíos eran los únicos responsables de la crisis económica de 1929, que tenía por finalidad imponer el comunismo en Alemania. Para ello creó una matriz de opinión según la cual el sionismo era un instrumento de la Unión Soviética, que aspiraba imponer el sistema comunista en escala mundial.

En Venezuela, la campaña de la oposición ha estado dirigida contra el Presidente Hugo Chávez Frías por la oposición de ultraderecha, apoyada política y financieramente por el gobierno de los EEUU. Así Chávez es el único responsable de los males que aquejan a la clase media venezolana, para la cual está dirigido el mensaje. La campaña persigue que la clase media de manera inconsciente desarrolle la certeza de que la implantación del comunismo en Venezuela es el fin último que Chávez persigue (Castro-comunismo). Como consecuencia de esa campaña, la clase media oposicionista, visceralmente se ha negado a leer el texto de la Constitución de 1999, satanizándola sin siquiera haberla hojeado. La clase media de oposición repite hasta la saciedad que el país está en la ruina, a pesar de seguir cambiando de vehículo año tras año, de seguir concurriendo a costosos restaurantes sin importarle el monto de la factura a pagar, de seguir viajando al exterior por lo menos dos veces al año, etc. La clase media oposicionista olvida que la mayor culpa del desempleo en este sector es debido al paro criminal empresarial y petrolero de Diciembre de 2002. Esa clase media de oposición no duda en creer que los aliados de Chávez no son otros que los que Bush definió como el “eje del mal”, por lo cual en Venezuela transitan libremente y a plena luz del día, terroristas venidos de Colombia, de Libia, de Irak, de Jordania y de Irlanda (cosa que es una mentira tan grande como una catedral).
Para esa oposición de clase media disociada psicóticamente, los “círculos bolivarianos” son organizaciones paramilitares fuertemente armadas que en cualquier momento habrán de saquear y quemar lar urbanizaciones en las que esa clase media vive. Por esa razón esa clase media oposicionista ha desabastecido las armerías y se han organizado en comités de autodefensa para así defenderse de los acólitos de Chávez. De allí que el odio sea tan recalcitrante y visceral en el seno de esa clase media de oposición, que llegarían al paroxismo si Chávez les hubiese asesinado algún familiar. El odio ha alcanzado tal extremo de irracionalidad, que los lleva a no poder manejar sus vehículos sin estar compulsivamente accionando la corneta, para reproducir el slogan: ¡Chá-vez-vete-ya! Estas manifestaciones disociadas de la realidad (que ya ha llegado al estadio de patología), aliena al individuo de un mundo “real” y lo sumerge en un mundo “creado” (no se puede hablar de mundo “ficticio”, puesto que lo tiene por “real”), en el que todo encaja en su inconsciente “verdad”.
Veamos con ejemplos frecuentes, cuando intercambiamos opiniones sobre lo sucedido en Venezuela los últimos años con un “disociado psicótico” de la oposición, de cara a la campaña por el Referendo Revocatorio Presidencial del próximo 15 de Agosto de 2004. No importa que se les muestre a ellos el video de Pedro Carmona firmando el Decreto que dio al traste con todas las instituciones democráticas venezolanas, porque para ellos aquello fue un acto absolutamente legal y necesario. En todo momento ellos rechazarán que el 11 de Abril se consumó un golpe de Estado. Ellos esgrimen que no pudo haber golpe de Estado ya que los golpistas lo que hicieron fue llevar a cabo lo que ellos, desde su odio particular (mundo “creado”), consideraban que es lo que debía de hacerse ante el vacío de poder reinante. Y desde ese mundo “creado” obtuvieron una visión de la realidad “virtual disociada”, desde la cual es imposible procesar hechos que se niegan a tener por reales. En consecuencia, la reacción popular de los días 12 y 13 de Abril para ellos nunca existió, como tampoco existen personas para las cuales tengan “sentido” las políticas que impulsa el Gobierno tales como las Misiones de alfabetización, educativas, de empleo, de salud, etc. Mientras tanto ellos justificaron todas las persecuciones contra los diputados, ministros y gobernadores del depuesto gobierno de Chávez, durante el 11 y 12 de Abril de 2002.

Ellos han permanecido y permanecen pues en un estado avanzado de disociación que no permitirá que nada de la realidad vaya en contra de “su realidad” (creada), así el consciente les diga que hay pruebas reales y objetivas que no están en lo correcto. Se trata pues de una patología o enfermedad psiquiátrica creada, la cual requiere de permanentes estímulos. Por eso la oposición no deja de aplicar diariamente estímulos a esos códigos psicológicos, y con el concurso de los medios televisivos, radiales y escritos, acentúan esa campaña para reafirmar en su convencimiento al individuo que la ha desarrollado. Así la oposición con los medios busca además que el mensaje penetre en otros individuos, por lo general con gran fragilidad psicológica, que emocionalmente (están inmersos en un grupo que los condiciona) estén dispuestos a recibirlo y a procesar el mensaje, por lo que cada vez más ese tipo de patología se desarrolla en otros venezolanos. Por ejemplo hoy vimos en RCTV una entrevista hecha al propietario de ese canal, donde con plena conciencia lanzó “estímulos” o mensajes a ese sector “disociado psicóticamente” para reactivar su comportamiento colectivo de cara al referendo del 15-8-04. ¿Cómo lanza ese “estímulo”? Simplemente negando el golpe de Estado, negando los logros de las misiones, acusando a Chávez de pelear con todo el mundo y acusándolo de ser responsable del desempleo y quiebra de numerosas empresas. Así, sentenciando que no hay libertad de expresión y negando el criminal paro empresarial y petrolero que ocasionó pérdidas por 20 millardos de dólares a todos nosotros los venezolanos, de esta manera “estimula” a los “disociados psicóticos” para renovar el odio a Chávez, de cara al próximo referendo revocatorio presidencial del 15-8-04.
Uno de los síntomas inequívocos de la disociación psicótica es una vez desarrollada la patología, no puede olvidar y omitir el estímulo. Siendo los medios televisivos el instrumento fundamental de esa campaña, la persona en fase de “disociación psicótica” no podrá, por ejemplo, dejar de ver Globovisión (el impulso emisor), canal que habrá de sintonizar de manera compulsiva, porque de no hacerlo se le presentarán síntomas de ansiedad similares al síndrome de abstinencia en los drogadictos, fumadores, alcohólicos, etc. El individuo que está disociado no reconocerá que está inmerso en un problema, por lo que afirmará una y otra vez estar libre de cualquier patología o enfermedad mental.

¿Cómo podremos eliminar esta enfermedad mental colectiva y que nos ha dividido a los venezolanos? Según los especialistas psiquiatras, psicólogos, sociólogos y comunicadores sociales, en nuestro país la “disociación psicótica” se ha convertido en un problema de salud pública. Basta observar en nuestro entorno para comprobar cómo se manifiestan miles de personas, inclusive nuestros propios vecinos o familiares, para los cuales nada de malo tendría que alguien asesine a Chávez (la única causa de sus males), y nada de malo ven que sus hijos anden por la calle con una cacerola en la mano, y gritando a viva voz: ¡Muérete maldito! O ¡Muera Chávez! Tampoco les alarma oír decir a sus hijos que les gustaría tener un arma para matar al tirano Chávez. Debido a la “disociación psicótica” que los atenaza, no están en capacidad de comprender que con esa aptitud se está condicionando a los niños y jóvenes de tal forma que cualquier persona que no coincida con ellos, actuarán así en consecuencia para librarse del causante de sus males. Lo vimos recientemente en la intolerancia de algunos opositores en Alto Prado, quienes agredieron a los chavistas que con todo derecho hacen campaña por el NO en el referendo del 15-8-04 en esa urbanización de la clase media profesional caraqueña.
Pero lo más alarmante es que quien padece de “disociación psicótica” corre el peligro de que cuando su realidad comience a serle insoportable, o que cuando por algún motivo la causa “aparente” de todos sus males resulte no serlo, con la misma intensidad padecerá una profunda frustración, tan profunda que puede llegar en muchos casos a límites extremos de consecuencias impredecibles. Conozco casos que sucedieron durante la “guarimba” de las oposición, que llegaron a impedir el paso de una ambulancia con un enfermo grave (que por eso murió) para entrar a la Clínica Urológico de San Román. Me informaron que los responsables de esa muerte están sumidos en una gran depresión por los sentimientos de culpa. Igual ocurrió a muchos golpistas “disociados psicóticos” el 13 de Abril del 2002, cuando el pueblo y la Fuerza Armada retornaron a Chávez a Miraflores: esa realidad “increíble” los frustró de manera profunda.

Por esta razón es que la “disociación psicótica” es un problema de Estado, que repercute en la seguridad interna de la nación y en la salud pública del venezolano, que hace necesario tomar medidas de manera inmediata. Llamamos desde esta tribuna a los especialistas para la implementación urgente de terapias colectivas para tratar esa enfermedad o patología. La difusión de las causas y consecuencias de la “disociación psicótica” seguramente es parte de esa terapia. Esta es el principal objetivo que me animó escribir este artículo.

Ojalá después del referendo del 15 de Agosto de 2004, la oposición de la extrema derecha al ver los resultados del mismo, desista de sus métodos violentos, y conjuntamente con el gobierno logren superar las diferencias “disociadas” para que las diferencias “reales” constituyan las bases de una oposición sensata (hoy inexistente) y con metas constructivas y no desintegradoras, de cara a las elecciones del 2006. Remozar Fedecámaras será una necesidad más que un lujo. La incorporación de Venezuela al MERCOSUR es una gran oportunidad para una Fedecámaras no política sino verdaderamente emprendedora. La creación de PETROSUR y PETROCARIBE abren un amplio espacio para incluir además a esos empresarios venezolanos que incursionaron fallidamente en la política. Así la oposición podrá competir dignamente (sin disociados psicóticos) con algún líder (que hoy no tienen) por la primera magistratura en las elecciones del año 2006. Luchemos así por una Venezuela unida y de todos los venezolanos, sin acólitos de imperios extranjeros y sí con verdaderos patriotas que con hechos demuestren su amor por Venezuela.
*: Jairo Larotta Sánchez – Ingº Civil, M.Sc.

 Laurencio Zambrano (publicado en Facebook)
LA DISOCIACIÓN ha sido definida como INFOFRENIA (Fernando Bianco, dixit). Es una patología pasional de la percepción y del libre discernimiento, que te impide una vez engañado o manipulado por sofismas audiovisuales e impresos, retomar un mínimo de lucidez y de racionalidad para ser justo. LA INFOFRENIA se instala en la psiquis y la conciencia como “un valor – contravalor”, como una alienación semántica ( amor-odio, todo o nada: todo vale) que impide discernir lo que es necesario, y sobre todo verdadero, en un discurso político que se hace cuerpo y acción social. LA REALIDAD VIRTUAL DE LA INFORMACIÓN (construida según métodos, técnicas y manuales de Guerra Psicológica o de 4ta generación) DA DE BAJA A LA VERDAD, LA SUSTITUYE POR UN PRODUCTO CONSUMIBLE QUE IMPIDA LA ACUMULACIÓN DE FUERZAS DEL ADVERSARIO. Opera sobre la conciencia y funda una falsa “axiología” y una “ética” que niegan o limitan una sana y respetuosa argumentación y convivencia (AUTENTICAMENTE HUMANA Y POLITICA) sobre la diversidad y las diferencias que nos sustentan y enriquecen como seres humanos. Al expulsar LA POLITICA del discurso solo quedan LOS CONTRAVALORES DEL INDIVIDUALISMO, DEL EGOÍSMO Y LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO (laissez faire, neoliberalismo salvaje) hábilmente disfrazados de categorías como PROGRESO O FUTURO, (LAISSEZ FAIRE, MAN´S BUSINESS: el hombre y la vida como negocio) sin ninguna conexión realmente humana y solidaria con la libertad, lo social, y por supuesto, muchísimo menos, con el amaos los unos a los otros: Axioma fundamental de la equidad.

¿Brotará socialismo del chavismo?





Desde hace varios años Venezuela es el principal laboratorio latinoamericano de transformaciones políticas y sociales. En toda la región se observa con gran expectativa que sucederá con el chavismo sin Chávez. Es indudable que el país ingresará en etapas muy diferentes si el proceso se radicaliza o estanca.

VARIEDAD DE CONSPIRACIONES

La derecha intentó desconocer un acto comicial realizado con el “mejor sistema electoral del mundo”. Esta calificación pertenece al ex presidente norteamericano Carter, que ponderó las virtudes del voto electrónico, la fiscalización internacional, el poder electoral independiente y las auditorías incorporadas. Esta transparencia fue confirmada en la reciente elección por comités de expertos y observadores de organismos mundiales. Capriles no aportó ninguna prueba de fraude, exigió verificaciones que ya fueron realizadas y propuso formas de conteos que recrearían las anomalías del viejo sistema manual.
La reducida diferencia a favor de Maduro (50,75 % frente 48,98%) no es tan inusual. Se registró en otras elecciones venezolanas (1968, 1978) y en varias norteamericanas ( Kennedy triunfó sobre Nixon por 49.7 % a 49.6 % en 1960) . Numerosos comicios recientes (por ejemplos italianos) se han definido por algunos miles de votos.
Lo que no perpetró Maduro fue el fraude realizado por George Bush en el 2000, para apropiarse de la victoria de su rival Gore (48,4 % frente 47,9%), mediante una maniobra del colegio electoral de la Florida. Cuando Chávez perdió por escaso margen en el 2007 reconoció de inmediato la derrota. Maduro había anticipado que con un solo voto de diferencia en su contra entregaba el gobierno y con el mismo margen a su favor asumiría de inmediato. Conocidos los resultados definitivos se limitó a cumplir su promesa.
El intento golpista irrumpió de inmediato con 8 asesinatos, decenas de heridos, incendios en las sedes chavistas y asedios al Poder electoral. Este operativo fascista fue ensayado durante una campaña electoral que incluyó sabotajes de usinas, jaqueos de computadoras, desabastecimiento de alimentos, encarecimiento de productos básicos y gran despegue del dólar paralelo. También ingresaron desde Colombia grupos paramilitares para ultimar militantes del oficialismo.
Capriles intentó crear el escenario de des-gobierno requerido para repetir los derrocamientos de Lugo (Paraguay) y Zelaya (Nicaragua). Contó con el aval de la embajada estadounidense y el sostén de la diplomacia española. Los dos países demoran el reconocimiento del nuevo presidente y fueron instigadores directos del fracasado golpe de Carmona, en abril del 2002.
Pero no resulta fácil r epetir esa asonada frente a la gran experiencia de resistencia que acumula el pueblo venezolano. La derecha ha perdido el soporte financiero que les aseguraba el manejo indirecto de la petrolera estatal (PDVSA) y enfrenta el rechazo mayoritario de los gobiernos sudamericanos.
Pero lo más importante fue la contundente reacción de Maduro que denunció el pacto a escondidas propuesto por Capriles. La oposición a ese contubernio fue acompañada de una explícita caracterización de clase de su adversario, como exponente de la burguesía venezolana. Los medios de comunicación presentaron este retrato como un cliché propagandístico, sin advertir que esclarece el contenido social de la disputa en curso.
La derecha se ha envalentonado y unificado en torno a un líder. Apostará al asedio, al desgaste y a la provocación. Incentivará el caos económico, la desestabilización política y la presión armada. Tiene un libreto que habría aplicado con la misma intensidad, si la victoria de Maduro hubiera sido más amplia.
Este boicot empalmará con un metódico trabajo para imponer el llamado a una elección revocatoria dentro tres años. Harán funcionar a pleno los medios de comunicación, para demostrar cuán autoritario es un gobierno que supera todos los récords de elecciones cristalinas. Difundirán las terribles persecuciones que sufren los opositores con mayor libertad de insulto del planeta.

La derecha seguirá tanteando a los militares que se encuentran en la mitad del sándwich creado al interior de las Fuerzas Armadas. La jerarquía y la oficialidad inferior que sostienen al chavismo están cortadas por viejas capas de uniformados, con privilegios y negocios de todo tipo. Ellos conforman el sustento más peligroso de la “boli-burguesía”.
RESULTADOS SORPRESIVOS Y CONFIRMATARIOS
Maduro consiguió 7.575.506 votos y Capriles 7.302.641. Sufrió una pérdida aproximada de 685.000 sufragios en comparación a los obtenidos por Chávez en octubre pasado, mientras que su contrincante sumó una tanda de 670.000 papeletas. El 50,75% logrado se sitúa lejos de la primera victoria presidencial chavista (56,2%) y también por debajo de la última elección (54,4%).
El retroceso fue impactante porque todos esperaban una holgada diferencia de 8-12 puntos a favor del oficialismo. Estos pronósticos eran compartidos por la derecha y las encuestadoras. Pero si se evalúa lo ocurrido con cierta distancia de esa expectativa, lo llamativo es la vitalidad del chavismo, que ha ganado 17 de las 18 elecciones realizadas en los últimos 14 años. Se ha votado a un ritmo inédito. Con un régimen de concurrencia no obligatorio, la participación en las últimos dos llamados se aproximó al 80% de la ciudadanía.

No hay que perder de vista que se logró una victoria muy especial por la ausencia de Chávez. El fantasma de la derrota padecida por el sandinismo en 1989 quedó despejado. Cualquier político del mundo envidaría al partido que obtiene el triunfo número 17, sin su figura dominante.
Hay dos lecturas posibles de los cómputos finales, dada la leve caída registrada en el número de concurrentes (80 a 78%). La primera destaca que el chavismo no logró arrastrar a las urnas al segmento popular que lo acompañó en octubre pasado, mientras que la derecha sí pudo incrementar su propia afluencia. La mayor abstención porcentual en los barrios humildes corroboraría esta evaluación. La segunda visión atribuye los resultados a un desplazamiento de votos del oficialismo hacia la oposición. En cualquier caso hay un repunte de derecha y una caída del chavismo.

Este viraje indica que se leyó mal las consecuencias electorales del fallecimiento de Chávez. El respaldo emotivo arrollador se daba por descontado, sin que la pérdida del comandante podía provocar también desanimo y desamparo. Aprovechando este clima Capriles recurrió a una increíble usurpación y se presentó como un sustituto confiable del proceso bolivariano.
Pero el simple registro del vaivén electoral (fuerte recuperación en octubre y simétrica caída en abril) no debe oscurecer, la declinación general del voto chavista desde el 2007. Esa caída obedece a causas muy conocidas y detalladamente enunciadas por Maduro en el acto de cierre. Inflación ascendente, estampida del dólar, carencia de los productos no provistos por la red oficial (MERCAL), enriquecimiento de los banqueros y enormes ganancias de los intermediarios importadores.
La visible corrupción perdura con el amparo de los burócratas que manejan gran parte de la estructura oficialista. El mal endémico de la ineficiencia persiste en todos los niveles de la administración pública y la explosión de delincuencia abruma a la población.
En este escenario de dificultades el chavismo cuenta con un significativo margen para remontar la cuesta, antes de la confrontación que impondría un eventual revocatorio. Mantiene una sólida mayoría en la Asamblea Nacional (95 sobre 165 integrantes) y comanda 20 de las 23 gobernaciones.
El escenario económico no presenta, además, las aristas catastróficas que difunden los economistas neoliberales. Chávez demostró una y otra vez como se pueden recuperar los votos perdidos en este tipo de circunstancias. El punto de partida es revisar los errores sin flagelarse. La necesidad de introducir correcciones es obvia, pero el sentido de estos cambios es mucho más polémico.


DOS ACTITUDES, DOS PERSPECTIVAS
 
Radicalizar el camino abierto hace 14 años o contemporizar con la derecha son las dos opciones contrapuestas que enfrenta el chavismo. El mismo dilema afrontaron muchos antecesores latinoamericanos del proceso venezolano. Debieron definir la profundización o disolución de proyectos revolucionarios, nacionalistas, antiimperialistas o reformistas.
Chávez siempre se inclinó por el primer camino, confrontando con los partidarios del status quo. La radicalización permitiría renovar las energías de una transformación que ya agotó su primera etapa. La alternativa conservadora desmoralizaría en cambio a la masa chavista, sin atraer a la derecha.
El primer rumbo exige dialogar con todos sin pactar con la burguesía. El segundo curso conduce a un acuerdo con los enemigos a costa de los propios seguidores. La audacia que demostró la revolución cubana es un antecedente de rupturas que abren horizontes. El vergonzoso final del MNR boliviano o del APRA peruano ilustra, por el contrario, el desmoronamiento que sucede a la capitulación.
Las dos perspectivas estarán en juego en la forma de encarar las asfixias económicas de corto plazo que imponen la inflación, la devaluación y el déficit fiscal. Estas desventuras son consecuencia de un sabotaje capitalista, que multiplica los beneficios de los grupos enriquecidos al amparo del poder. Si no se penaliza a tiempo a esos sectores habrá que recurrir al ajuste antipopular en forma explícita o encubierta.
Hasta ahora se contrarresta el desabastecimiento con mayor provisión de bienes, en el circuito de comercialización oficial. Pero la tolerancia hacia los especuladores termina neutralizando esa compensación. Los nuevos porcentajes de aumento salarial (35-48%) mantienen el poder de compra de los trabajadores, pero no corrigen el círculo vicioso creado por una inflación desbocada y convalidada con alta emisión. No es necesario enfriar la economía, ni retornar al libre mercado para reducir la carestía. Se puede actuar directamente sobre la formación de precios con medidas de control, fiscalización del beneficio y punición impositiva de los acaudalados.
La definición económica central gira en torno al fondo petrolero y la distribución de sus divisas. Durante un largo tiempo se aceptaron mecanismos de intermediación bancaria que engordaron a los financistas, sin reducir la especulación cambiaria. Ahora se ha introducido un sistema de subastas más transparente, pero los grandes capitalistas continúan lucrando con las divisas. Obtienen dólares al precio oficial y los comercializan en el mercado negro. No sólo hay problemas técnicos con la gestión de la subasta. Es indispensable tornar efectivo el monopolio estatal del comercio exterior para ordenar del manejo del excedente comercial.
Las mejoras del ingreso popular son tan evidentes que la propia derecha ya las reconoce como un mérito del chavismo. Eluden explican por qué sus gobiernos nunca ensayaron algo parecido. Fue el desplazamiento de esas administraciones reaccionarias lo que permitió derramar la renta petrolera hacia abajo. Pero es evidente la fragilidad del aumento actual del consumo sin la correspondiente inversión. La ampliación genuina del poder de compra exige avances significativos en la malograda industrialización de una economía rentista.

En el plano político los dilemas igualmente acuciantes. Existe un generalizado cuestionamiento de la corrupción y el castigo de los que acumulan dinero mal habido, definirá si el proceso recupera sustento popular. Maduro anticipó la creación de un cuerpo especial y secreto para destapar malversaciones. Pero una nueva ética de la honestidad exige la intervención directa de los militantes chavistas y una gran sensibilidad oficial para facilitar las denuncias.
La iniciativa de unificar las misiones en un nuevo sistema puede resultar también muy útil, si al mismo tiempo se fortalece la acción por abajo en las comunas y en los sindicatos. El anuncio de ir a las fábricas y a los barrios para construir legitimidad popular abre un camino de rencuentro con los votantes perdidos.

Hay condiciones favorables para introducir estas correcciones en el apasionado clima de Venezuela. Allí no impera la indiferencia, ni el hartazgo con la política que se observa en tantos países. El nuevo piso forjado en la conciencia popular permite encarar por ejemplo las iniciativas humanistas que Maduro sugiere, para lidiar con el complejo problema de la inseguridad. Ha convocado a la reintegración social de “todos los muchachos que dejen las armas” y se opone a la violenta persecución de los marginados, que instrumentaría la derecha.
No es sencillo tampoco radicalizar el proceso, atrayendo al mismo tiempo a gran parte de la clase media que se alinea con la derecha. La receta clásica de los socialdemócratas es el travestismo. Implementar “lo que la gente quiere” luego de haber absorbido los mensajes de los medios de comunicación. Esa adaptación trasformaría al chavismo en otro caso más de domesticación institucional.
Si se quiere evitar este entierro, no queda otra alternativa que perfeccionar la disputa ideológica iniciada hace 14 años. Persuadir y persuadir con nuevos argumentos es el sendero a recorrer. Demostrar como la derecha empuja a la clase media a actuar contra sus propios intereses persiste como el gran desafío del chavismo.

LEGADOS Y CONVICCIONES

El proceso bolivariano puede brindar una gran lección a los veteranos de la izquierda latinoamericana que perdieron el espíritu revolucionario. Si se revisan las fallas sin desazón, el lugar vacante que ha dejado Chávez encontrará sustitutos más colectivos.
No hay que olvidar cómo el gestor del cambio actual se sobrepuso a varias experiencias fallidas . Y al igual que Fidel después de Moncada siguió adelante luego del fracaso de su alzamiento inicial. Esa firmeza lo convirtió en un líder de masas al cabo de un breve encarcelamiento. Posteriormente supo afrontar el golpe del 2002 con la misma resolución y entregó sus últimas energías vitales a la batalla contra Capriles. Sin ese coraje Maduro no estaría hoy al frente del gobierno .
Chávez mutó siguiendo los vientos de la acción revolucionaria y por eso sus convicciones nacionalistas evolucionaron hacia la izquierda. Desde 1999 se embarcó en un curso radical que lo distanció de las clases dominantes y lo enlazó con las clases oprimidas.
Las confusas relaciones que estableció al principio con los militares derechistas de Argentina (“carapintadas”), indujeron a muchos analistas a observarlo como un golpista más del pelotón latinoamericano. El mismo equívoco suscitó su coqueteo inicial con la Clinton y la Tercera Vía del social-liberalismo. Pero su reacción frente a la embestida derechista despejó rápidamente cualquier duda sobre sus preferencias políticas. Optó por una convergencia con la izquierda que fue acelerada en su encuentro con Fidel .

Chávez se nutrió del patriotismo radical que personificaban Torrijos y Velazco Alvarado. Pero alentó una participación popular antiimperialista muy superior a esos antecesores. C ontraviniendo la trayectoria dominante del nacionalismo latinoamericano impulsó la movilización social. Propició la creación de 100.000 círculos bolivarianos, la ocupación de PDVSA, la organización de los reservistas y la expansión de los consejos comunales. Esta confianza en el sujeto popular lo distanció del clásico arbitraje de Perón o Vargas. Dejó de lado el bonapartismo militar e introdujo la mayor democratización de la historia venezolana.

Su vaga aceptación juvenil del socialismo desembocó en un proyecto de reformas avanzadas sin el techo tradicional del nacionalismo burgués. Como tenía muy presente la tragedia de Salvador Allende, no se replegó ante las amenazas fascistas. Al contrario, concibió una estrategia de contragolpe frente a la derecha, junto a ensayos de transformación pacífica con resguardo armado. Su obsesión por el triunfo se gestó evaluando las derrotas sufridas por todos revolucionarios latinoamericanos desde Zapata y Sandino hasta Farabundo Martí.
Esta conducta le permitió a Chávez aguar la fiesta neoliberal, confrontar con el imperialismo y recuperar el proyecto socialista. Incurrió en numerosos errores, como la entrega de dirigentes guerrilleros a Colombia y la reivindicación de varios dictadores del mundo árabe. Pero inauguró el proyecto que ahora pueden culminar sus discípulos, si avanzan hacia la realización del socialismo.
Los dirigentes chavistas consideran que están embarcados en esa construcción y lo demuestran con discursos, proclamas y carteles desplegados por todo el país. Las denominaciones aplicadas a muchos emprendimientos confirman esa expectativa (empresas socialistas, partido socialista, salud socialista). La generalizada utilización de un concepto pos-capitalista es muy familiar al chavismo, que nutre sus filas de militares, intelectuales y activistas formados durante los años 70, bajo el influjo guerrillero y variadas influencias ideológicas comunistas.

Los dogmáticos descalifican este perfil resaltando la distancia que separa a los enunciados socialistas de su concreción. Suponen que ambos parámetros deben marchar al mismo ritmo, sin explicar por qué razón ellos mismos despliegan tanta propaganda marxista sin ningún atisbo de materialización. Proclamar el ideal socialista es un primer mérito, en la medida que define cual es la meta ambicionada y qué distancia habría que recorrer para alcanzarla.

Los sectarios repiten también los sarcasmos cínicos contra el socialismo bolivariano que emiten los críticos derechistas. Nunca se preguntan por qué razón el chavismo rescató el ideal socialista. En el pasado era muy frecuente reivindicar formalmente esa meta, como una cobertura demagógica para cualquier proyecto político. Este disfraz era necesario por el impacto generado por las revoluciones rusa, china, cubana y vietnamita. Todavía subsisten muchos partidos liberales, derechistas e incluso fascistas que preservan su mote socialista inicial. Pero esa moda quedó mayoritariamente sepultada con el desplome de la Unión Soviética.

Ningún movimiento popular reclama hoy a sus dirigentes que adopten definiciones socialistas. Este pronunciamiento no brinda réditos en ningún terreno. El prestigio intelectual y la penetración electoral que suscitaba esa identificación se ha diluido. Sólo cabe por lo tanto una interpretación de las razones que indujeron al chavismo a retomar el socialismo: la convicción. Aunque los descreídos no puedan entenderlo, ese parámetro guía la conducta de los militantes y dirigentes embarcados en la batalla por la emancipación.

APRENDIZAJES E INNOVACIONES

Cualquier luchador latinoamericano sabe que una construcción socialista exige lidiar con dos novedades contemporáneas: la URSS ya no existe y las viejas dictaduras regionales han sido reemplazadas por sistemas constitucionales. El proceso revolucionario debe transitar por senderos más complejos que el pasado. La insurrección, el foco o la guerra popular prolongada ya no aportan respuestas a la forma de actuar en el terreno electoral y al desafío de conseguir aliados externos para resistir el acoso imperial. Frente al nuevo escenario hay que innovar con la misma audacia que en su época tuvieron Lenin, Mao y Fidel.

Los sectarios recluidos en su micro-mundo ni siquiera se plantean estos problemas. No perciben los problemas que emergen de cualquier interacción con la realidad. En octubre pasado se opusieron por igual a Chávez y a Capriles, presentando una candidatura insignificante (Chirino). Esta vez optaron por la abstención, argumentando que Maduro y su reaccionario contrincante “son lo mismo”. Minimizan el peligro golpista porque consideran que el chavismo es tan nefasto para el pueblo como su adversario. Con semejante despiste sus planteos solo aportan una graciosa nota de color al panorama venezolano.

Es importante comprender los nuevos rumbos de la lucha por el socialismo. En el siglo pasado los revolucionarios no enfrentaban la problemática intervención en el sistema electoral burgués. Actuaban en un persistente contexto de guerras y dictaduras, sin necesidad de abordar la disputa por los votos. Las dificultades para trabajar por una construcción socialista en este terreno son muy conocidas por cualquier de militante de izquierda, que haya participado en alguna elección. El régimen constitucional otorga a los dueños del poder económico y mediático privilegios siderales, que son potenciados por el predominio de la ideología convencional.
Los méritos del chavismo en este terreno han sido mayúsculos. Le ganó diecisiete votaciones a las clases dominantes. Pero es ilusorio suponer que esa secuencia se repetirá ad infinitum en una elección tras otra, sin padecer cansancio y desgaste.

Está probado que el socialismo no podrá emerger de la simple continuidad de secuencias electorales. Los socialdemócratas que alguna vez creyeron en esa posibilidad, ya no destinan ni un minuto a recordar la justificación de esas creencias. Simplemente actúan aceptando las pautas que fijan las clases opresoras. Si se quiere evitar esa degradación hay concebir como se podría integrar el sufragio periódico actual a una futura democracia socialista. Ese tránsito requeriría alguna modalidad de ruptura revolucionaria.
El instrumento potencial de esa transformación es el poder popular que acompaña al chavismo desde su nacimiento. Estos organismos paralelos y articulados al esquema institucional presentan múltiples modalidades de consejos, comunas, círculos, sindicatos y partidos. Hasta ahora no consolidaron una forma definida y tampoco maduraron un desarrollo autónomo, en gran medida por la tutela impuesta desde arriba. La ausencia de Chávez exige ahora potenciar el protagonismo colectivo.

Las carencias del poder popular pueden ser fatales, puesto que allí se concentran los embriones de la construcción socialista. Ese poder es el gran resguardo de continuidad del proyecto revolucionario, frente a los imprevisibles vaivenes de la disputa electoral. Por esta razón cuando se cierra un acto comicial no sólo hay que contar los votos obtenidos. Se necesita saber cuánto se avanzó en la organización de la estructura popular.

Chávez siempre supo cuán necesario es prepararse para confrontar con clases dominantes decididas a defender sus privilegios por medio de la fuerza. No alcanza con impedir la designación de un Pinochet al frente del ejército para impedir el drama sufrido en Chile en 1973. Las estructuras populares defensivas son indispensables para condicionar el comportamiento de las fuerzas armadas en situaciones críticas. La conducta de esa institución en gran medida depende de la capacidad popular para actuar en forma directa y organizada contra los fascistas.
El sorprendente devenir de la historia ha reintroducido la batalla por el socialismo en un país petrolero. Este escenario era inimaginable para los marxistas del siglo XX, que se acostumbraron a localizar los procesos revolucionarios en países carentes recursos. Venezuela es la contracara de ese modelo. No afronta ninguna de las restricciones que por ejemplo atormentan a Cuba.
La combinación de plan y mercado requerida para una transición socialista en un país exportador de combustible será muy distinta a la exigida en una economía carente de divisas. Hay ciertas medidas comunes a cualquier proyecto anticapitalista (bancos, recursos naturales y comercio exterior nacionalizados).

Pero dada la estatización del petróleo, el mayor desafío que afronta Venezuela es la gestión de ese recurso y no la ampliación ulterior de la propiedad pública. Es vital cambiar la matriz productiva con expansión industrial y reducir las importaciones de bienes de consumo. El éxito económico del chavismo se medirá en este plano.

MOVIMIENTOS SOCIALES DEL ALBA

La victoria de Maduro es un trago amargo para la diplomacia estadounidense, que ansía librarse de la crítica chavista a todas sus tropelías. Esas denuncias empañan el reacomodamiento táctico que promueve Obama para atenuar la imagen belicista de la primera potencia. El triunfo bolivariano obliga a Estados Unidos a perfeccionar el maquillaje de sus invasiones, asesinatos selectivos y torturas en Guantánamo.

La presencia de un continuador de Chávez al frente de una economía petrolera representa, además, un grave problema para el imperio, que siempre computó al crudo venezolano como un insumo propio. Le resulta intolerable que su principal abastecedor latinoamericano maneje cuotas de producción en forma soberana y acuerde contratos de largo plazo con China.

Estados Unidos no ha podido tumbar el proceso bolivariano al cabo de catorce años. Este fracaso obedece también a la capacidad exhibida por América Latina para impedir la repetición del desangre perpetrado en Medio Oriente y África. La enorme trascendencia de este logro no ha sido debidamente valorada. Si la región padeciera masacres étnicas, guerras sectarias o matanzas separatistas, actualmente sólo discutiríamos la forma de emerger de esas tragedias.

El país necesita apoyarse en un bloque geopolítico latinoamericano para contrapesar la presión imperial. Es el respaldo que no tenía Cuba en los años 60. Incluso con varios gobiernos derechistas en su interior, UNASUR, CELAC y otros organismos pueden cumplir ese rol de escudo protector. Pero lo ocurrido con Lugo en Paraguay demuestra que ese resguardo no sustituye la decisión interna de confrontar con el golpismo.

Venezuela no es un integrante más de la alianza sudamericana y su gobierno presenta un perfil diferenciado de cualquier administración de centroizquierda. Esta singularidad reapareció durante la elección del primer sucesor de Chávez.

Maduro es un “presidente obrero” muy distinto a Lula, tanto por su militancia socialista, como por la distancia que ha mantenido de la socialdemocracia. No recurrió hasta ahora al discurso amigable con los poderosos. Al contrario, confrontó con el “burguesito Capriles que desconoce la vida del trabajador”. ¿Persistirá o se diluirá ese mensaje?

El planteo de Maduro también contrasta con la indiferencia hacia la meta socialista, que predomina entre la mayoría de los presidentes progresistas. Algunos mandatarios -como Cristina Kirchner- son incluso abiertamente hostiles a ese ideal. Suelen contraponer la bandera roja con el estandarte celeste y blanco, como si fueran símbolos en conflicto.

El chavismo ha transformado el panorama de la izquierda latinoamericana y rehabilita la batalla por el socialismo continental. Pero no existe hasta ahora un organismo de confluencia para esa acción. La nueva articulación de los movimientos sociales del ALBA, que se está promoviendo para aglutinar organizaciones populares a escala regional, podría cumplir ese 
papel. Pero debería reunir agrupaciones construidas desde abajo con autonomía de los gobiernos.

Esa confluencia estaría exenta de las restricciones que rodean a la acción gubernamental. Su función no sería consolidar acuerdos geopolíticos, asociaciones estatales, alianzas o convenios económicos. Trabajaría en las prioridades de los movimientos sociales y podría alzar la voz en los temas conflictivos. Desde un ALBA de los pueblos hay espacio para la solidaridad con Haití sin envío de tropas, para cuestionar a las transnacionales de cualquier sub-potencia y para objetar las fantasías del “capitalismo regulado”.

Los movimientos sociales ALBA tienen la oportunidad de cubrir el vacío dejado por el declive del Foro Social de Porto Alegre. Podría avanzar en la superación de esa experiencia adoptando el perfil de lucha que eludió ese precedente. El momento es promisorio y la rendija comienza a abrirse para la gran tarea de convertir el sueño de Bolívar en una emancipación socialista.

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RESUMEN
El proceso bolivariano ingresa en una etapa de definiciones. La derecha ensayó una presión golpista sin las condiciones del 2002. Intensificarán las campañas destituyentes, tentarán a los militares e impulsarán el revocatorio. El oficialismo logró una ajustada victoria remontando los inesperados efectos del fallecimiento de Chávez y sorteó el fantasma de la derrota sandinista. Padece una declinación de votos por causas muy conocidas, pero tiene margen para remontar la adversidad.
La radicalización renovaría las energías y la opción conservadora desmoralizaría al chavismo. Son dos cursos opuestos para afrontar la ineficiencia, la corrupción y la inseguridad. Chávez se sobrepuso a situaciones más difíciles girando a la izquierda e incentivando la acción popular. No aceptó el techo del nacionalismo burgués y rehabilitó el proyecto socialista. Sus discípulos pueden retomar esa conducta.
La desaparición de la URSS y el fin de las dictaduras obligan a reconsiderar la estrategia socialista. Se impone combinar la acción electoral con la construcción del poder y el resguardo defensivo, tomando en cuenta la peculiaridad de una economía petrolera.
La victoria de Maduro afecta la estrategia de maquillajes imperiales y refuerza la necesidad de proteger a toda la región de las tragedias que soporta África y Medio Oriente. La articulación de movimientos sociales del ALBA ofrece un nuevo ámbito de aglutinamiento por abajo por la emancipación socialista.





[1] Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es: www.lahaine.org/katz

GUERRA DE 4TA GENERACION EN VENEZUELA


EL PSIQUIATRA HERIBERTO GONZÁLEZ CONSIDERA QUE UNA PARTE DE LA SOCIEDAD VENEZOLANA HA SIDO PROGRAMADA DURANTE 14 AÑOS, MEDIANTE UNA GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN

Credito: Annel Mejías Guiza, Correo del Orinoco



22 de abril de 2013.- El psiquiatra Heriberto González considera que una parte de la sociedad venezolana ha sido programada durante 14 años, mediante una guerra de Cuarta Generación, con el fin de estar preparados para la batalla, desear pelear y atacar a la otra y al otro, como se vivió durante el lunes y martes luego de las elecciones presidenciales del 14 de abril. ¿Cómo? Con técnicas de manipulación propagandística que anulan la parte racional del cerebro.
El ser humano, tal como lo explicó el psiquiatra, evolutivamente ha desarrollado varios cerebros: uno muy antiguo, heredado de los reptiles, donde están las conductas básicas, como rabia y ataque, huida, miedo, sexualidad, apetito y territorio, “impulsos muy poderosos”; y el mameliano, donde se alojan sentimientos de apego, amor y solidaridad. Ambos son emocionales.
Existen dos cerebros superiores del pensamiento, uno racional y otro intuitivo. Este último tiene más conexión con los emocionales, pero “el cerebro tiene una dificultad: no podemos diferenciar la fantasía de la realidad” y solo una parte del izquierdo lo detecta, pero se puede anular inconscientemente.
“Es lo que pasó ahora y la derecha sistemáticamente lo sigue haciendo. Si alguien como Henrique Capriles dice: ‘Yo soy del pueblo’, y sabes quién es él, quedan dos alternativas: o prendes el cerebro racional y dices que no es así, o lo crees y apagas el cerebro racional y dejas abierta la vía de los cerebros irracionales”.
En la propaganda electoral de la oposición se apeló a la esperanza; en caso de derrumbarse, se sustituye por tristeza o rabia.
-¿Es un proceso inconsciente?
-Totalmente. Te apago el cerebro izquierdo, diciéndote algo que no es racional, y comienzo a crear ilusión y miedo; por ejemplo, el país va a salir adelante, pero te pueden quitar tus cosas. Eso genera una tensión, que mantiene a la gente en expectativa.

ESCENARIO PARA UNA INTERVENCIÓN

Capriles sabía, cuando habló la madrugada del lunes 15 de abril, que había perdido, señala el experto; y “si él dice: ‘acepto que perdí’, todo ese trabajo se transformaría en tristeza y desmovilización en su gente; y los revolucionarios se movilizarían. Utiliza una gran estrategia: duda, acusa y dice que están robando los votos, lo cual hace que el miedo se transforme en un tipo de rabia, que se llama indignación”, ilustró.
Si se expresa rabia pura, las personas sienten vergüenza y hasta culpa, pero cuando la rabia se asocia con heroísmo, se expresa públicamente con orgullo. “Entrar en la casa de alguien, tumbarle la puerta y destruirle los muebles produce vergüenza, pero si es un ‘desgraciado’ que quiere robarnos el futuro, ese acto se convierte en heroico”.
- ¿Se negativiza la imagen del chavismo?
-Se transforma el chavismo en traición, fraude; quieren robarte tu voto y es “justo” que sean agredidos. Salgo y me transformo en cerebro reptiliano, en un salvaje.
-¿Se dio un escenario para crear un enfrentamiento entre venezolanos?
-Absolutamente. Se venía preparando y no era secreto. Diosdado Cabello y José Vicente Rangel lo dijeron. La enorme sorpresa fue la diferencia tan escasa de votos.
- ¿Sorpresa para ambos sectores?
- Sí. Hay que investigar para explicar por qué, en 10 días, se cambiaron 700 mil votos de un lado para el otro. ¿Cuál es la gran esperanza de la oposición? Ganar por la vía electoral, que sería la legal y pacífica; la otra es crear un escenario que amerite una intervención extranjera.

NO PODÍAN LUCHAR CONTRA CHÁVEZ

El psiquiatra estima que detrás de la oposición hay un equipo de expertos pagados para abordar con propaganda al pueblo venezolano. Por ejemplo, evitar la desmovilización de sus seguidoras y sus seguidores, que fue lo que ocurrió el 7 de octubre de 2012 cuando se reeligió Hugo Chávez y las electoras y los electores no se movilizaron el 16 de diciembre en las elecciones de gobernadores.
En la campaña de Capriles, esos expertos se dieron cuenta de que no podían luchar contra Chávez y sus símbolos, porque “perdían”, así que se camuflaron, llamando su comando Simón Bolívar, usando la bandera y el logo del Bicentenario.
“El mensaje fue: respetamos a Chávez, es un gran líder, pero su gente no es Chávez. ¿Qué vendrá? Una pila de zamuros que le caerán a Venezuela para robarla. Dijeron: ‘nosotros, los opositores, sí somos revolucionarios, queremos al pueblo, le daremos nacionalidad a los cubanos y legalizaremos los títulos’. Si usas el cerebro racional, dirías: ‘Eso es cuento’, pero si aceptas que tiene buenas intenciones, apagaste ese cerebro”.
-¿Esa campaña de supuesta tolerancia se cayó con la violencia de esta semana?
-Claro. Pero si a Capriles le llegan a armar un expediente -que de verdad lo dudo, porque tenemos una tradición grande de impunidad en el país- sus abogados y él mismo dirían que nunca jamás usó la palabra violencia, o que salieran por la fuerza.
- Pero dijo que descargaran su arrechera
- Pero en los cacerolazos y eso no es llamar a la violencia. Dicen y dirán: ‘¿Quiénes llamaron a la violencia? Los chavistas, que son violentos; esos muertos no son nuestros, sino producidos por el chavismo’. Quien sigue a Capriles vuelve a ponerse en la paradoja: ¿miente o no? Veremos si se prende su cerebro racional o reptiliano, y si sigue programado.

CAMBIO CULTURAL

Para González, 7,2 millones de venezolanas y venezolanos siguen programados, lo cual les ha causado dos enfermedades mentales: paranoia inducida y disociación. “Disociar es convivir con dos realidades opuestas, dos creencias irreconciliables, sin darse cuenta de la contradicción. Por ejemplo, estás en un restaurante tomando un whisky 20 años, con una camioneta que costó 700 mil bolívares, y dices que la situación está malísima y no se puede vivir en este país”, retrató.
-¿Qué se puede hacer con esa gente enferma?
-Hay una parte irrescatable. Las personas que sufren psicológicamente es porque están programadas por sus padres para sufrir. Cuando reconocen el problema y quieren cambiar, van a un psiquiatra y tardan tres años en poder cambiar. Las personas programadas durante el paro petrolero del 2002 y 2003 son, a mi juicio, absolutamente impermeables, a menos que recibieran una ruptura paradigmática.
-¿Así se les destruyan sus relaciones con amigos y familia?
-Sí. Pero hay un grupo de personas, que deben ser quizás como 5 millones, que están allí y sobre ese grupo hay que actuar. Pienso que ha habido una desidia con las y los estudiantes de primaria y secundaria; se les debe enseñar historia, por qué somos como somos, el efecto de Estados Unidos en América Latina, qué ha pasado en los anteriores gobiernos. Hace falta una reforma curricular y allí me he estrellado yo.
-¿Se podría subsanar con acciones como el cierre de Globovisión o su venta para cambiar su línea editorial?
-No, lo transforman en mártir. Hay que utilizar las redes sociales, los medios, las escuelas, todo, para crear el nuevo paradigma, pero tenemos dos años para hacerlo.
-¿Por qué dice dos años?
-Porque van a preparar el revocatorio. Hay un grupo del chavismo duro e incondicional. Al lado hay un grupo ilusionado por obtener cosas, pero si un día va a Mercal y no consigue lo que quiere, le echa la culpa al gobierno y se pasa al otro lado.
-¿Qué retos quedarían para el gobierno?
-Hacerse una autocrítica severísima desde las encuestadoras -porque todas se equivocaron- hasta los gobiernos locales. Se deben abordar factores que tocan de refilón, pero son importantísimos, como combatir la ineficacia, la corrupción, la inseguridad y la impunidad. La corrupción es un mal nacional, pero debemos especificar qué es corrupción e ineficacia, porque la gente tienes otros conceptos. Se requiere un proceso de educación cultural.

MIEDO Y RABIA VERSUS AMOR

Pese a ser un líder contradictorio, porque dice ser del pueblo pero perteneció a la ultraderecha, las seguidoras y los seguidores de Capriles no le ven defectos “porque están programados, con el cerebro racional bloqueado. Todo se obvia: cómo hizo su carrera política y que su familia está ligada a las trasnacionales”.
- ¿Pero hasta el pueblo humilde le cree?
-Un ejemplo: excepto mi vecino del frente, que es chavista, todos, incluyendo los barrios, son caprilistas, gente humilde. En la esquina hay una casa que está en construcción por la Gran Misión Vivienda Venezuela, y era un ranchito, y en las elecciones esas familias pusieron un afiche de Capriles de arriba abajo. Y se la están regalando. Están disociados.
-¿El modelo socialista que plantea el chavismo es viable con una sociedad programada así?
-Hay que volver a programar. “Yo soy Chávez” es un programa para activar el cerebro emocional amoroso. La programación es inevitable, no se puede hablar racionalmente todo el tiempo. En situaciones límite actúa el cerebro reptiliano, que transforma miedo en rabia para sobrevivir, pero transformar miedo y rabia en amor, que es lo que pretende la Revolución, es más difícil. Toda la propaganda de Maduro se fundamentó en lealtad, fidelidad y amor, que son principios fundamentales.
- ¿Pero más de 700 mil personas salieron a votar por la otra opción?
-El otro se fundamentó en la sobrevivencia: no hay alimentos, no hay electricidad, tu vida está en peligro por la inseguridad, tu futuro está en peligro. Infundía miedo y rabia. Y cuando pones a competir amor versus miedo y rabia, ganan los últimos.
-¿Qué le faltó a la campaña electoral de Nicolás Maduro?
-Infundir miedo real. Decir: “Es mentira, ¿quién es Capriles? Vas a perder tu casa”. Doy clases en la Unefa y la mayoría de estudiantes votó por la oposición. Si Capriles llega, ¿qué hará? Cierra la Unefa y sus títulos no valdrán. Cerrará los CDI, se acabó Mercal, misión Vivienda. Hay un documento que habla sobre eso, pero la Revolución no hizo propaganda.

EL USO MILITAR DE LAS REDES SOCIALES

De acuerdo con el psiquiatra Heriberto González, la programación mental trascendió a ver Globovisión, canal que mantiene una línea editorial propagandística antichavista, y llegó a las redes sociales. “Es un uso militar”, con la creación de rumores.
Las redes sociales las usan las y los jóvenes y permite la movilización inmediata, según González. “Durante el golpe de Estado, VTV no sabía qué hacer, no tenía equipos para responder, y menos en el paro petrolero. En estos años se han ido emparejando con las televisoras, pero han surgido las redes sociales y, si no hubiera sido porque Hugo Chávez empezó a tuitear, la gente de mi generación no las usaría jamás”.

FORMACIÓN PARA DESPROGRAMAR

El psiquiatra Heriberto González produjo un material en DVD, llamado “Curso de formación histórico-político”, para instruir durante 20 horas sobre los mecanismos psicológicos y su historia; cómo se hace la programación mental, cómo se ha usado para dominar, colonizar, con ejemplos concretos. Incluye audio y video, así que no necesita un instructor.
“Me ha llevado entre 10 mil y 15 mil horas de trabajo”, equivalente a más de un año de esfuerzo día y noche. El audiovisual está a la orden.

OPOSICIÓN RECURRIÓ EN CAMPAÑA AL ESTIGMA DE CLASES CONTRA MADURO

El estigma de clases reinó en el colectivo que creyó en la opción de Henrique Capriles. Para el psiquiatra Heriberto González, el programa inicial fue decir que Hugo Chávez es un líder respetado, mientras Nicolás Maduro no, “es otro”. Y sobre esa idea “se van agregando creencias”, como que íbamos a ser gobernados por un chofer.
“Rómulo Betancourt fue bachiller, al igual que Carlos Andrés Pérez. Lula y Evo Morales terminaron primaria y fueron y son capaces de sacar sus países adelante. Vicente Fox, quien era empresario, arruinó a México. Y los gerentes de Pdvsa la estaban vendiendo, la pararon y los obreros la salvaron. Es parte del estigma de clases”, concluyó.
- Se apuntó más al clasismo que al racismo, en vista de que no estaba Chávez, el mulato?
- Claro, por la misma pinta de europeo que tiene de Maduro.

PROGRAMA: “YO SOY VENEZOLANO”

El miedo, según González, indujo a que se perdiera la enmienda constitucional: “Te van a quitar tus hijos, tu carro, tu casa, era el lema”.
Como ahora no es creíble, porque el Gobierno Bolivariano está haciendo casas, la oposición dirigió la campaña la oposición la dirigió hacia la falta de alimentos, electricidad y que en el país estaban mandando los cubanos.
“Toda la campaña de la izquierda en el mundo ha dicho que el Imperio nos está dominando, y la oposición acá la invirtió al decir que Cuba nos dirige, bajo el lema: ‘Yo soy venezolano y no me dejo controlar por Cuba”, contrastó.