Domingo, 25 de Enero de 2009
La “disociación psicótica” patología generada por la guerra mediática
Por: Jairo Larotta Sánchez
Por: Jairo Larotta Sánchez
Nota de
Chamosaurio: Cualquier parecido con la realidad 4 años después de publicado
este artículo es pura coincidencia.Recientemente
cayó en mis manos un estudio sobre una enfermedad mental que en los últimos
tres años aqueja a una parte de los venezolanos que específicamente se ubican
en los sectores de oposición a la revolución bolivariana, pertenecientes a la
clase media profesional.
Me refiero a la “disociación psicótica”. Los especialistas en imagen y comunicación social de los sectores que adversan al Presidente Hugo Chávez, han utilizado técnicas que son empleadas como armas en la guerra psicológica a través de los medios televisivos privados en Venezuela, los cuales son voceros de la oposición. Dichas técnicas fueron denunciadas públicamente con acusaciones formales en CONATEL, cuando se demostró la inserción malintencionada de mensajes subliminales altamente agresivos, de duración muy corta, “escondidos” en videos que transmitían algunos Canales de TV privados con mensajes inocentes dirigidos a los niños y noticias varias dirigidas al público general.
Un estudio sobre
la disociación psicótica en el venezolano de clase media, fue elaborado por
psiquiatras, psicólogos y sociólogos que observaron los nefastos efectos de esa
intensa, descomunal e inclemente campaña mediática de las cinco televisoras
privadas, cadenas privadas de radio y los más importantes periódicos privados
de circulación nacional e internacional, durante los años 2000, 2001, 2002,
2003 y 2004. El resultado de ese estudio cayó en mis manos como dije
anteriormente, sin poder conocer sus autores. Reflexionando sobre dicho
estudio, me animó la necesidad de escribir este artículo de opinión, donde la
esencia científica del mismo es propiedad intelectual de esos especialistas
anónimos que lo realizaron. Para ellos mi reconocimiento y felicitación por lo
acertado del estudio en sí.
En efecto los
venezolanos hemos sido blanco de esa guerra psicológica muy bien planificada,
para crear odio hacia un Presidente y así culparlo de todo lo malo que nos
aquejaba y nos aqueja en la actualidad, con el mensaje de ignorar las
conspiraciones, golpes de Estado, paros empresariales, paros y saboteos
petroleros, bloqueo internacional, golpes financieros para desestabilizar
nuestra moneda, guarimbas, paramilitarismo con asesinatos de casi un centenar
de dirigentes campesinos, etc.
Todos quienes pertenecemos a la clase media
profesional venezolana podemos dar fe de la división y profundo odio generado
por esas campañas mediáticas de la oposición, que han llevado a la separación
de grupos familiares, divorcios, cierre de empresas, odios gratuitos entre
vecinos y allegados a nuestras casas. Esa situación se ha mantenido encapsulada
en muchos hogares quienes esperan el rayo salvador que solucione mágicamente
todos los problemas que los aquejan, con la sola salida del presidente Chávez
de Miraflores. Los “disociados psicóticos”
(enfermos de esta patología) justifican la salida de Chávez por cualquier vía,
la democrática o la violenta. De hecho la segunda la intentaron
infructuosamente. La primera o sea la vía democrática, está prevista en la
Constitución que nunca leyeron y concretada en el referendo revocatorio del
próximo 14 de Agosto de 2004.
Quienes
planificaron esa guerra mediática, cuya mayoría son de la ultraderecha
venezolana (oligarquía) en estricta asociación y complicidad con los sectores
gubernamentales de los EEUU, solo persiguen volver al poder que perdieron y a
cambio de eso están dispuestos a entregar a los EEUU el país entero,
especialmente su industria petrolera, clave para la subsistencia del gigante
del Norte. Como venezolano siento tristeza, pena, dolor y rabia por esa aptitud
y actitud antipatriótica que muestran otros venezolanos, mostrando un doble
discurso y escondiéndose tras los DDHH, la democracia, la libertad y la
justicia, para justificar tamaños ataques y comportamiento contra su propio
país y todos sus compatriotas.
Los planificadores
de la guerra mediática han manejado determinados códigos psicológicos para
buscar motivar y convencer a los sectores a los cuales están dirigidos. El
resultado que lograron fue influir al receptor del mensaje de tal manera que
perdieron su capacidad de discernimiento que terminaron por renunciar a
cualquier análisis crítico del mensaje del que fueron receptores: esta
patología mental llamada “disociación psicótica” fue el resultado de esa guerra
mediática sostenida por los 5 canales privados durante meses, especialmente en
Diciembre del 2001 (huelga petrolera y empresarial), Enero a Abril de
2002(golpe de Estado), Diciembre 2002 hasta Marzo de 2003 (paro empresarial y
petrolero, secundado por la CTV ), conspiración y corridas financieras que
afortunadamente fueron detenidas por el control de cambio en Febrero de 2003,
la famosa guarimba del 2004 organizada y ejecutada por la ultraderecha en las
urbanizaciones de clase media y clase media alta de Caracas y otras ciudades.
¿Cómo funciona
la disociación psicótica? La “disociación psicótica” es un proceso de manejo de
códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una
realidad ficticia en la que “todos” los males, y por ende “todo” lo negativo
que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona. Establecido el
patrón mental en el subconsciente del individuo, este llega a un estadio que le
induce a creer que eliminando la causa de los males que le aquejan, habrá de
alcanzar la felicidad absoluta. Al estar dirigida a un colectivo, la campaña
requiere que el mensaje sea, además de asimilado, retransmitido a otros
individuos pertenecientes a dicho colectivo. Para ese fin la oposición ha
contado con el respaldo de los medios de comunicación social, los que de manera
sistemática y reiterada han hecho llegar el mensaje al receptor.
Hace 70 años,
sin el poder que tienen los medios televisivos actuales, el militar alemán nazi
Goebbels manejó códigos similares, por lo que la sociedad alemana llegó al
convencimiento pleno que los judíos eran los únicos responsables de la crisis
económica de 1929, que tenía por finalidad imponer el comunismo en Alemania.
Para ello creó una matriz de opinión según la cual el sionismo era un
instrumento de la Unión Soviética, que aspiraba imponer el sistema comunista en
escala mundial.
En Venezuela, la
campaña de la oposición ha estado dirigida contra el Presidente Hugo Chávez
Frías por la oposición de ultraderecha, apoyada política y financieramente por
el gobierno de los EEUU. Así Chávez es el único responsable de los males que
aquejan a la clase media venezolana, para la cual está dirigido el mensaje. La
campaña persigue que la clase media de manera inconsciente desarrolle la
certeza de que la implantación del comunismo en Venezuela es el fin último que
Chávez persigue (Castro-comunismo). Como consecuencia de esa campaña, la clase
media oposicionista, visceralmente se ha negado a leer el texto de la Constitución
de 1999, satanizándola sin siquiera haberla hojeado. La clase media de
oposición repite hasta la saciedad que el país está en la ruina, a pesar de
seguir cambiando de vehículo año tras año, de seguir concurriendo a costosos
restaurantes sin importarle el monto de la factura a pagar, de seguir viajando
al exterior por lo menos dos veces al año, etc. La clase media oposicionista
olvida que la mayor culpa del desempleo en este sector es debido al paro
criminal empresarial y petrolero de Diciembre de 2002. Esa clase media de
oposición no duda en creer que los aliados de Chávez no son otros que los que
Bush definió como el “eje del mal”, por lo cual en Venezuela transitan
libremente y a plena luz del día, terroristas venidos de Colombia, de Libia, de
Irak, de Jordania y de Irlanda (cosa que es una mentira tan grande como una
catedral).
Para esa
oposición de clase media disociada psicóticamente, los “círculos bolivarianos”
son organizaciones paramilitares fuertemente armadas que en cualquier momento
habrán de saquear y quemar lar urbanizaciones en las que esa clase media vive.
Por esa razón esa clase media oposicionista ha desabastecido las armerías y se
han organizado en comités de autodefensa para así defenderse de los acólitos de
Chávez. De allí que el odio sea tan recalcitrante y visceral en el seno de esa
clase media de oposición, que llegarían al paroxismo si Chávez les hubiese
asesinado algún familiar. El odio ha alcanzado tal extremo de irracionalidad,
que los lleva a no poder manejar sus vehículos sin estar compulsivamente
accionando la corneta, para reproducir el slogan: ¡Chá-vez-vete-ya! Estas
manifestaciones disociadas de la realidad (que ya ha llegado al estadio de
patología), aliena al individuo de un mundo “real” y lo sumerge en un mundo
“creado” (no se puede hablar de mundo “ficticio”, puesto que lo tiene por
“real”), en el que todo encaja en su inconsciente “verdad”.
Veamos con
ejemplos frecuentes, cuando intercambiamos opiniones sobre lo sucedido en
Venezuela los últimos años con un “disociado psicótico” de la oposición, de
cara a la campaña por el Referendo Revocatorio Presidencial del próximo 15 de
Agosto de 2004. No importa que se les muestre a ellos el video de Pedro Carmona
firmando el Decreto que dio al traste con todas las instituciones democráticas
venezolanas, porque para ellos aquello fue un acto absolutamente legal y
necesario. En todo momento ellos rechazarán que el 11 de Abril se consumó un
golpe de Estado. Ellos esgrimen que no pudo haber golpe de Estado ya que los
golpistas lo que hicieron fue llevar a cabo lo que ellos, desde su odio
particular (mundo “creado”), consideraban que es lo que debía de hacerse ante
el vacío de poder reinante. Y desde ese mundo “creado” obtuvieron una visión de
la realidad “virtual disociada”, desde la cual es imposible procesar hechos que
se niegan a tener por reales. En consecuencia, la reacción popular de los días
12 y 13 de Abril para ellos nunca existió, como tampoco existen personas para
las cuales tengan “sentido” las políticas que impulsa el Gobierno tales como
las Misiones de alfabetización, educativas, de empleo, de salud, etc. Mientras
tanto ellos justificaron todas las persecuciones contra los diputados,
ministros y gobernadores del depuesto gobierno de Chávez, durante el 11 y 12 de
Abril de 2002.
Ellos han
permanecido y permanecen pues en un estado avanzado de disociación que no
permitirá que nada de la realidad vaya en contra de “su realidad” (creada), así
el consciente les diga que hay pruebas reales y objetivas que no están en lo
correcto. Se trata pues de una patología o enfermedad psiquiátrica creada, la
cual requiere de permanentes estímulos. Por eso la oposición no deja de aplicar
diariamente estímulos a esos códigos psicológicos, y con el concurso de los
medios televisivos, radiales y escritos, acentúan esa campaña para reafirmar en
su convencimiento al individuo que la ha desarrollado. Así la oposición con los
medios busca además que el mensaje penetre en otros individuos, por lo general
con gran fragilidad psicológica, que emocionalmente (están inmersos en un grupo
que los condiciona) estén dispuestos a recibirlo y a procesar el mensaje, por
lo que cada vez más ese tipo de patología se desarrolla en otros venezolanos.
Por ejemplo hoy vimos en RCTV una entrevista hecha al propietario de ese canal,
donde con plena conciencia lanzó “estímulos” o mensajes a ese sector “disociado
psicóticamente” para reactivar su comportamiento colectivo de cara al referendo
del 15-8-04. ¿Cómo lanza ese “estímulo”? Simplemente negando el golpe de
Estado, negando los logros de las misiones, acusando a Chávez de pelear con
todo el mundo y acusándolo de ser responsable del desempleo y quiebra de
numerosas empresas. Así, sentenciando que no hay libertad de expresión y
negando el criminal paro empresarial y petrolero que ocasionó pérdidas por 20
millardos de dólares a todos nosotros los venezolanos, de esta manera
“estimula” a los “disociados psicóticos” para renovar el odio a Chávez, de cara
al próximo referendo revocatorio presidencial del 15-8-04.
Uno de los
síntomas inequívocos de la disociación psicótica es una vez desarrollada la
patología, no puede olvidar y omitir el estímulo. Siendo los medios televisivos
el instrumento fundamental de esa campaña, la persona en fase de “disociación
psicótica” no podrá, por ejemplo, dejar de ver Globovisión (el impulso emisor),
canal que habrá de sintonizar de manera compulsiva, porque de no hacerlo se le
presentarán síntomas de ansiedad similares al síndrome de abstinencia en los
drogadictos, fumadores, alcohólicos, etc. El individuo que está disociado no
reconocerá que está inmerso en un problema, por lo que afirmará una y otra vez
estar libre de cualquier patología o enfermedad mental.
¿Cómo podremos
eliminar esta enfermedad mental colectiva y que nos ha dividido a los venezolanos?
Según los especialistas psiquiatras, psicólogos, sociólogos y comunicadores
sociales, en nuestro país la “disociación psicótica” se ha convertido en un
problema de salud pública. Basta observar en nuestro entorno para comprobar cómo
se manifiestan miles de personas, inclusive nuestros propios vecinos o
familiares, para los cuales nada de malo tendría que alguien asesine a Chávez
(la única causa de sus males), y nada de malo ven que sus hijos anden por la
calle con una cacerola en la mano, y gritando a viva voz: ¡Muérete maldito! O
¡Muera Chávez! Tampoco les alarma oír decir a sus hijos que les gustaría tener
un arma para matar al tirano Chávez. Debido a la “disociación psicótica” que
los atenaza, no están en capacidad de comprender que con esa aptitud se está
condicionando a los niños y jóvenes de tal forma que cualquier persona que no
coincida con ellos, actuarán así en consecuencia para librarse del causante de
sus males. Lo vimos recientemente en la intolerancia de algunos opositores en
Alto Prado, quienes agredieron a los chavistas que con todo derecho hacen
campaña por el NO en el referendo del 15-8-04 en esa urbanización de la clase
media profesional caraqueña.
Pero lo más
alarmante es que quien padece de “disociación psicótica” corre el peligro de
que cuando su realidad comience a serle insoportable, o que cuando por algún
motivo la causa “aparente” de todos sus males resulte no serlo, con la misma
intensidad padecerá una profunda frustración, tan profunda que puede llegar en
muchos casos a límites extremos de consecuencias impredecibles. Conozco casos
que sucedieron durante la “guarimba” de las oposición, que llegaron a impedir
el paso de una ambulancia con un enfermo grave (que por eso murió) para entrar
a la Clínica Urológico de San Román. Me informaron que los responsables de esa
muerte están sumidos en una gran depresión por los sentimientos de culpa. Igual
ocurrió a muchos golpistas “disociados psicóticos” el 13 de Abril del 2002,
cuando el pueblo y la Fuerza Armada retornaron a Chávez a Miraflores: esa
realidad “increíble” los frustró de manera profunda.
Por esta razón
es que la “disociación psicótica” es un problema de Estado, que repercute en la
seguridad interna de la nación y en la salud pública del venezolano, que hace
necesario tomar medidas de manera inmediata. Llamamos desde esta tribuna a los
especialistas para la implementación urgente de terapias colectivas para tratar
esa enfermedad o patología. La difusión de las causas y consecuencias de la
“disociación psicótica” seguramente es parte de esa terapia. Esta es el
principal objetivo que me animó escribir este artículo.
Ojalá después
del referendo del 15 de Agosto de 2004, la oposición de la extrema derecha al
ver los resultados del mismo, desista de sus métodos violentos, y conjuntamente
con el gobierno logren superar las diferencias “disociadas” para que las
diferencias “reales” constituyan las bases de una oposición sensata (hoy
inexistente) y con metas constructivas y no desintegradoras, de cara a las
elecciones del 2006. Remozar Fedecámaras será una necesidad más que un lujo. La
incorporación de Venezuela al MERCOSUR es una gran oportunidad para una
Fedecámaras no política sino verdaderamente emprendedora. La creación de
PETROSUR y PETROCARIBE abren un amplio espacio para incluir además a esos
empresarios venezolanos que incursionaron fallidamente en la política. Así la
oposición podrá competir dignamente (sin disociados psicóticos) con algún líder
(que hoy no tienen) por la primera magistratura en las elecciones del año 2006.
Luchemos así por una Venezuela unida y de todos los venezolanos, sin acólitos
de imperios extranjeros y sí con verdaderos patriotas que con hechos demuestren
su amor por Venezuela.
*: Jairo Larotta
Sánchez – Ingº Civil, M.Sc.
Laurencio Zambrano (publicado en Facebook)
LA DISOCIACIÓN ha sido definida como INFOFRENIA (Fernando Bianco, dixit). Es una patología pasional de la percepción y del libre discernimiento, que te impide una vez engañado o manipulado por sofismas audiovisuales e impresos, retomar un mínimo de lucidez y de racionalidad para ser justo. LA INFOFRENIA se instala en la psiquis y la conciencia como “un valor – contravalor”, como una alienación semántica ( amor-odio, todo o nada: todo vale) que impide discernir lo que es necesario, y sobre todo verdadero, en un discurso político que se hace cuerpo y acción social. LA REALIDAD VIRTUAL DE LA INFORMACIÓN (construida según métodos, técnicas y manuales de Guerra Psicológica o de 4ta generación) DA DE BAJA A LA VERDAD, LA SUSTITUYE POR UN PRODUCTO CONSUMIBLE QUE IMPIDA LA ACUMULACIÓN DE FUERZAS DEL ADVERSARIO. Opera sobre la conciencia y funda una falsa “axiología” y una “ética” que niegan o limitan una sana y respetuosa argumentación y convivencia (AUTENTICAMENTE HUMANA Y POLITICA) sobre la diversidad y las diferencias que nos sustentan y enriquecen como seres humanos. Al expulsar LA POLITICA del discurso solo quedan LOS CONTRAVALORES DEL INDIVIDUALISMO, DEL EGOÍSMO Y LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO (laissez faire, neoliberalismo salvaje) hábilmente disfrazados de categorías como PROGRESO O FUTURO, (LAISSEZ FAIRE, MAN´S BUSINESS: el hombre y la vida como negocio) sin ninguna conexión realmente humana y solidaria con la libertad, lo social, y por supuesto, muchísimo menos, con el amaos los unos a los otros: Axioma fundamental de la equidad.
LA DISOCIACIÓN ha sido definida como INFOFRENIA (Fernando Bianco, dixit). Es una patología pasional de la percepción y del libre discernimiento, que te impide una vez engañado o manipulado por sofismas audiovisuales e impresos, retomar un mínimo de lucidez y de racionalidad para ser justo. LA INFOFRENIA se instala en la psiquis y la conciencia como “un valor – contravalor”, como una alienación semántica ( amor-odio, todo o nada: todo vale) que impide discernir lo que es necesario, y sobre todo verdadero, en un discurso político que se hace cuerpo y acción social. LA REALIDAD VIRTUAL DE LA INFORMACIÓN (construida según métodos, técnicas y manuales de Guerra Psicológica o de 4ta generación) DA DE BAJA A LA VERDAD, LA SUSTITUYE POR UN PRODUCTO CONSUMIBLE QUE IMPIDA LA ACUMULACIÓN DE FUERZAS DEL ADVERSARIO. Opera sobre la conciencia y funda una falsa “axiología” y una “ética” que niegan o limitan una sana y respetuosa argumentación y convivencia (AUTENTICAMENTE HUMANA Y POLITICA) sobre la diversidad y las diferencias que nos sustentan y enriquecen como seres humanos. Al expulsar LA POLITICA del discurso solo quedan LOS CONTRAVALORES DEL INDIVIDUALISMO, DEL EGOÍSMO Y LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO (laissez faire, neoliberalismo salvaje) hábilmente disfrazados de categorías como PROGRESO O FUTURO, (LAISSEZ FAIRE, MAN´S BUSINESS: el hombre y la vida como negocio) sin ninguna conexión realmente humana y solidaria con la libertad, lo social, y por supuesto, muchísimo menos, con el amaos los unos a los otros: Axioma fundamental de la equidad.
GUACALAAAA
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