El Gritón: Voz revolucionaria

domingo, 5 de mayo de 2013

¿Seguimos esperando, sentados a la puerta de la casa, a ver pasar el cadáver de la Burguesía y el Imperialismo?


Carlos García.

En varios artículos del escritor Luis Brito García, ha venido denunciando, insistiendo de manera crítica, abierta y directa, el enorme daño que ha hecho y continúa haciendo la burocracia ineficiente que atiende al público en las labores de gobierno, administración pública y servicios a la comunidad. (Oficinas públicas de los ministerios, Gobernaciones y Municipalidades,  Bancos del estado, servicios agrícolas, etc.) Incluso en los servicios automatizados a través de internet, que no son controlados permanentemente y por ello nunca o casi nunca abren para que los usuarios ejecuten una operación administrativa, legal, bancaria, informativa. Y a esto agreguemos la labor de sabotaje de los manejadores de internet y las redes sociales.
La burocracia entendida como ejército de servidores públicos desde los diferentes niveles del gobierno, que ejecuta su papel con eficiencia, con conciencia y con pertinencia, es necesaria en cualquier sistema de gobierno en el mundo, Pero, cuando esa burocracia se convierte en elemento ineficiente, de corrupción e incumplimiento de labores asignadas, se hace parasitaria y enemiga de cualquier proceso de transformación o de cambio revolucionario, como está sucediendo en nuestro país con una porción muy importante de funcionarios y funcionarias de la burocracia convertida en mafia corrupta, ineficiente y contrarrevolucionaria.
Pero, antes de condenar o absolver esta burocracia ineficiente, tratemos de encontrar las causas de su actitud en la prestación del servicio o en la ejecución de la labor que le ha sido asignada, Esta burocracia viene en gran masa de la cuarta república, mantiene los vicios que adquirió allí y que nunca se le corrigieron debido al clientelismo electoral y a la ineficiencia de los gerentes cuartarepublicanos, que no tenían ningún interés en mejorar las condiciones del país.  Esta burocracia en buena cantidad de casos se mimetizó detrás de la Franela y la boina rojas y de los gritos de ¡viva Chávez!, pero nunca intentó cambiar su conducta para servir al pueblo. Y ha venido siendo aupada por la oposición en varias formas, entre las que resalta el tenerlas como quintacolumnas contrarrevolucionarias y mantenerlas en los cargos por tráfico de influencias y por el cuento de la inamovilidad laboral, cosa que en las zonas donde la oposición es gobierno no han respetado contra los chavistas. Y lo grave del caso está en el papel desempeñado por los órganos del partido (PSUV, Polo Patriótico) para, al menos, intentar formarlos política e ideológicamente en la estrategia de la revolución. Allí debía estar funcionando la contraloría social, pero esta tampoco existe ya que nadie se ha ocupado de orientar, organizar y movilizar al pueblo. Y la “gran obra” se corona con laureles con la permanente, sistemática y bien establecida guerra mediática para desprestigiar al gobierno revolucionario y generar matrices desestabilizadoras y golpistas hacia la intervención del imperialismo yanqui.
Y resulta que los trabajadores de la burocracia, que  están  realmente con el proceso bolivariano, han caído en los mismos vicios de la ineficiencia y el burocratismo porque nadie se ha preocupado por su organización y formación ideológica y política, por inculcarles conciencia de servicio y trabajo revolucionario, colectivo y de progreso. Esos funcionarios pueden ser arrastrados hacia la derecha fascista a través del engaño, la manipulación mediática, la guerra de cuarta generación o guerra silenciosa.
Al parecer, al menos en Jáuregui, el partido sólo se ha ocupado de alguna movilización, bastante tímida, de la gente para los momentos electorales, sin responder con fuerza arrolladora, con hechos e ideas la campaña oposicionista de desprestigio del proceso bolivariano, campaña anticomunista, xenofóbica (anticubana, anticolombiana, etc.) absolutamente reaccionaria, de defensa de los intereses de la  clase burguesa, dueña de los medios de producción, explotadora de la fuerza de trabajo del pueblo, enemiga del pueblo a quien considera tierrudo, pata en el suelo, bruto, ignorante e incapaz de gobernarse a sí mismo. Quien con el cuento de la defensa de los intereses del pueblo, busca que el pueblo le defienda sus intereses de explotación.  Esto está totalmente amparado por la campaña mediática (Radio, Tv, Prensa, redes sociales.) como operación sicológica que define muy bien Malcom X cuando afirma: “Si no estás prevenido ante los Medios de Comunicación, te harán amar al opresor y odiar al oprimido”. Y agreguen a esto el papel bien definido de la Jerarquía Católica, (No la Iglesia Católica como Asamblea de fieles, comunidad religiosa) que en buena parte, incluso en el nivel parroquial ha tomado, como siempre, la causa de los poderosos, contra la enseñanza del evangelio de la opción por los pobres.
 Si Chávez llamó en muchas oportunidades a la crítica y autocrítica, al golpe de timón, y Maduro, en esa misma línea, está planteando y ejecutando la “revolución en la revolución”: no entendemos qué  le pasa a los y las responsables del partido (particularmente en Jáuregui y Táchira) que nada hacen por sacudirse la modorra que es ineficiencia y por tanto contrarrevolucionaria. Chávez lo señaló claramente: EFICIENCIA O NADA”.
De continuar así, sentados a la puerta de la casa, veremos pasar el cadáver de la revolución.                            

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