El Gritón: Voz revolucionaria

sábado, 8 de junio de 2013

“Practicar la ética socialista y el Buen Vivir no es un culto a la miseria y a la pobreza.”

Este título tomado de una expresión del artículo (¿Rabioso? ¿O radical y revolucionario? Por: Saúl Rivas Rivas | Lunes, 03/06/2013 11:52 AM | Aporrea), me lleva a escribir sobre recuerdos que se han hecho futuro cuando en los años sesenta alguien en la Universidad, en una discusión sobre capitalismo y Socialismo, sobre Revolución y extremismo sostenía la “supuesta tesis revolucionaria” de que un verdadero revolucionario debía vivir en la miseria para mostrar su capacidad de sacrifico ante el pueblo, criticaban si se vestía con ropa limpia, si usaba zapatos y si vivía en una casa o apartamento. Consideraban  contrarrevolucionario a todo el que no andaba desarrapado, sucio y harapiento, pues según su parecer, el Socialismo era “socialización de la pobreza” y no distribución justa, equitativa y humana de la riqueza producida por los trabajadores, por el pueblo. Ahora, esta misma tesis la maneja, precisamente la derecha fascista, pero aplicada sólo a la Revolución y de allí que censuran si las familias obtienen vivienda propia, o logran comprar un carro, o equipan su casa con artefactos que les mejora la calidad de vida, o disfrutan de vacaciones y extreman su censura aduciendo que todos esos bienes son producidos por el capitalismo y por lo tanto el pueblo no tiene derecho a poseerlos y disfrutarlos. Los fascistas pretenden esconder, con su falso razonamiento, que en el propio capitalismo quienes crean riqueza, quienes producen bienes y servicios son los hombres y mujeres que trabajan por sueldos de explotación y miseria, vendiendo su fuerza de trabajo a los capitalistas que los exprimen. Quieren hacernos creer que son los capitalistas quienes producen, invisibilizando al pueblo trabajador que es el verdadero productor, sólo que su producción le es escamoteada, escondida detrás de un salario de explotación y miseria. El capitalismo sí socializa la miseria, la pobreza, en la clase trabajadora, mientras  se apropia del trabajo y la producción. En el capitalismo se mantiene permanentemente la lucha de clases, pues los medios de producción están en manos de unos cuantos capitalistas y la gran mayoría del pueblo vende su fuerza de trabajo al precio que el explotador le pone, amparado en leyes, normas, reglamento y costumbres(cultura) que el mismo se ha hecho a la medida de la explotación.
Caer en el culto a la pobreza, en la adoración de la miseria, es una conducta contrarrevolucionaria, que sigue los patrones religiosos de la pobreza como forma de vida que supuestamente agrada a Dios y que es el camino seguro para obtener el pasaporte para arribar al cielo cuando uno muera.
El verdadero revolucionario procura que el pueblo organizado construya su propio destino, socializando la riqueza de acuerdo al principio socialista “cada quien según su capacidad para cada cual según su necesidad” y para ello hay que terminar con el capitalismo construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, haciendo la revolución con el pueblo, en el pueblo y para el pueblo. Cualquier otra cosa será reformismo, desarrollismo o como se quiera llamar; que no beneficiará al pueblo y dejará el sistema de explotación intacto en manos de la burguesía, el capitalismo, el fascismo. Las medias tintas deben estar fuera del camino revolucionario, sin extremismos, pero siguiendo la ruta recta hacia el triunfo de la revolución. Chávez señaló el camino, al pueblo organizado toca seguirlo y terminarlo.

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